miércoles, 21 de septiembre de 2016

Banco de vivienda.

Mi amigo Leandro fue barbero de joven y ahora ha llegado a ser una eminencia natural de la que brota una sabiduría sencilla con la que hay mucho que aprender. Hace un tiempo, en ese hablar que tiene por entretener a quien le escucha, me largo la siguiente parrafada:
“Mira Pedro, cuando volví de la mili, con unos dineros que traía, que ya te he contado que ejercía de barbero hasta en las imaginarias, y otro tanto que me pagaron de despido porque al volver del ejército no me admitieron en el puesto de trabajo que tenía al ser llamado a filas, me compré un piso en la Avenida Navarra.  Me costo un millón y medio de pesetas. Entonces no tenía novia y seguía viviendo con los padres. Cuando me iba a casar mi mujer se empeñó en que compráramos la casa adosada a la de sus padres en el barrio de la Chantrea. Le vendí el piso a mi hermano por tres millones de pesetas. Aquel dinero sin poner ni un duro me llegó para comprar la casa y hacerle algunos arreglos y dejar contenta a la parienta. Se murieron los suegros y unimos las dos casas: cocina grande, cuarto de estar grande y un par de habitaciones más que nos pudieran hacer falta. Ahora nos hemos vuelto al pueblo a la casa de mis padres de toda la vida y hemos vendido la casa aquella. Con el dinero, hemos comprado dos unifamiliares a los dos hijos… que a los hijos si le das una casa… ya luego de cualquier manera se ganan la vida. Porque no sé si te habrás dado cuenta que las nuevas generaciones ya no podrán tener casa propia en la vida: primero por lo que ganan, luego por lo que valen y el tiempo que necesitan para pagarlas, que con los tiempos que corren es imposible en esta vida tantos tiempos seguidos de bonanza en una familia…. y para acabar ya no te digo si quienes han comprado la vivienda se separan… así que van a vivir siempre en un sin vivir de alquiler en alquiler, que yo me pongo malo cuando además aconsejan a la gente joven que viva de alquiler. Ya ves como son las cosas: seis casas he comprado como aquel que dice sin tener que poner ningún dinero. Mi hermano Jesús para pagarme el piso tuvo que hacer una hipoteca, que en aquellos tiempos estaban al catorce por ciento de interés, y la pagó en unos años. Luego la hubo de hipotecar de nuevo para un negocio que había montado, le costo pagarla veinte años y ahora para hacer frente a las crisis la ha vuelto a hipotecar… desde su situación de subsistencia trata de llegar a la jubilación como puede… mi hermano, que se va a pasar más de cincuenta años pagando casa y aun así no le va a alcanzar… y que si no le alcanza: al final se quedará sin nada…”
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Es una reflexión anterior sobre Una Banca Pública hay un párrafo en el que digo textualmente que llegar a tener una vivienda, adquirir una vivienda en propiedad tal y como lo entendemos en la actualidad: con una hipoteca que se paga durante años, es prácticamente inviable para quienes empiezan ahora a edificar su vida sobre el futuro.
En estas páginas voy a tratar de profundizar en esa afirmación sobre esta realidad, que no se volverá a dar en la dinámica de la organización social, y mostraré un sencillo proyecto de lo que pudiera ser una Banca Pública de vivienda que pudiera acabar con esta imposibilidad.
Una alternativa, que partiendo de la compra de la vivienda con otros parámetros, porque repito  con el actual esquema de ser de la propiedad y de la garantía del propio bien para un préstamo hipotecario ya es misión imposible, aunque en la actualidad acapare los mayores esfuerzos económicos de una vida y que en ocasiones lleve a la ruina a muchas personas, una nueva formar de hacer que incluso permita flexibilizar y amoldar a los diferentes tiempos y etapas de la vida de las personas, aprovechando la financiación de la propia vivienda se procure la financiación de otras necesidades cotidianas.
Creo que hay muchas realidades sociales y económicas cambiantes que exigen cambios de estrategias de planificación social, donde en lo que respecta a la vivienda y el derecho a techo, se puedan ensayar situaciones de mayor comodidad económica.
En esta reflexión voy a tratar de diseñar cómo pudiera ser una estrategia de que cada persona pudiera hacer valer su derecho a tener un vivienda, de todas las diferentes maneras que se pudiera imaginar, sin que ejercer este derecho obligue a hipotecar en realidad su vida.
Con estas páginas escritas desde la imaginación trataré de llegar a formular la manera en la que una decisión que casi siempre acaba siendo irreversible: la compra de una vivienda donde guardarse y holgar, desde la idea de un Banco Público de Vivienda, facilite y en última instancia garantice ese derecho a todas las personas.
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Hay alguna realidades admitidas con normalidad y sin cuestionar su sin sentido, que las hemos de superar. Sin duda estas realidades por sí mismas ya han superado las circunstancias inapelables en las que se desarrolla la vida económica de la mayoría de las personas.
- Cuando se compra una vivienda se piensa en una vivienda para casi toda una vida, con la trascendencia y determinación que tiene la vivienda para el destino de la propia vida de las personas que van a vivir en ella y que son imposibles de predecir de ninguna de las maneras.
- Cuando se constituye la hipoteca se convierte en una deuda casi perpetua, sin pensar en el revolotum de la firma, porque es imposible compendiar en el pensamiento tantas incertidumbres, que con el paso de los años se precisan de otras pequeñas financiaciones o que será necesario superar baches económicos inesperados, a la par que debe atender el pago de la hipoteca y que si se deja de pagar llega la hecatombe y tal y como está confundido el entramado irracional de leyes si no se paga se pierde todo
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En la actualidad hay varias formas de entender el disfrute de la vivienda dentro de un derecho universal de las personas a tener un cobijo digno. Un derecho que con gran esfuerzo personal difícilmente se cumple en el mundo occidental.
- Alquiler de vivienda, más o menos amueblada, muchas veces por grupos de personas sin más cosas en común que la necesidad de salir de casa de los padres, y si acaso luego: si no se tiene un proyecto en común con nadie dentro de los cánones tradicionales de pareja y familia.
Son muy pocas la personas que a lo largo de la vida acaban sosteniendo que prefieren por voluntad y convencimiento personal no tener vivienda propia y vivir de alquiler.
- Alquiler de vivienda, casi siempre en pareja, hasta llegar a una estabilidad en la que poder dar el salto para la compra de la vivienda definitiva de la familia que se va a formar.
Este camino para llegar hasta la comprar de vivienda, un pasaje que se avanza con grandes de idealismo, ensueño y confianza, es el que siguen una gran mayoría de las personas que adquieren vivienda sabiendo que solamente llevan en su mochila lo justo para los primeros pasos del camino.
No tirar el dinero que pagan por el arrendamiento y fijar para siempre el lugar en el que empezar a poner las primeras ramitas en el nido, son las razones que mueve su inconsciencia.
- Compra de la vivienda, incluso con anterioridad a cualquier otro plan que la propia compra. En ocasiones se afronta parte del pago mucho antes que ocuparla y sin ni siquiera un proyecto de vida por delante.
En la pasada actualidad en ocasiones la excusa para comprar una vivienda ha sido invertir los ahorros que cada mes se iban generando por parte de la persona que la compra, y que además, mediante de algunas leyes falaces e irracionales daba derecho a deducción de impuestos.
En la actualidad pagar la hipoteca significa la mayoría de la veces que viviendo en pareja casi la mitad de los ingresos van a parar al pago de la hipoteca con la condición de que se necesitan muchos años de estabilidad económica y emocional para poder llegar a tocar cumbre.
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Imaginemos la constitución de un banco cuyo único logro previsto son los intereses de las gentes que lo sostienen y que en definitiva son las que han de apuntalar su futuro. Un banco cuyo rendimiento no son para los intereses de las gentes a las que han de pagar los dividendos.
Un Banco público con un objeto social estrictamente social, sin más zarandajas, con capital cien por cien de procedencia pública, y sin más endeudamiento que líneas de financiación pública, para la compra de vivienda que sean emitidas desde las instituciones públicas, con el fin de dar sentido y garantía al cumplimiento del derecho de las personas a tener una vivienda digna.
Un Banco Público cuyos activos solamente lo componen viviendas que son de su propiedad y que en su totalidad las tiene ya adjudicadas a las personas que las usufructúan con un contrato de opción compra. Usuarios compradores que aportan una cantidad mensual con el que además pagan todos los gastos propios de la vivienda.
Un banco que además se gestione con sus propios medios, sin necesidad de garantizar ingresos para el Estado ni para otros prebostes. Una institución financiera sin las esperanzan puestas en la especulación ni en el resultado de no sé qué negocios, sino que esté en servicio de las personas que en medio de todas las circunstancias y consecuencias que pudieran acontecer en ese tiempo en el que tienen que pagar la vivienda, la guarden en depósito.
*
El Banco Público de vivienda, sin necesidad de tener stock de viviendas en propiedad puestas a la venta para sus potenciales clientes, porque adquirirá las viviendas por distintos caminos dependiendo de la posición que pretenda mantener en el mercado y las posibilidades de financiación.
- Apoyando la venta de las viviendas que en la actualidad tienen diferentes instituciones del Estado, en venta y/o alquiler de una manera ineficiente siguiendo los cánones antisociales establecidos en el sistema actual y que puede ser la primera estantería con la que se puede empezar un proyecto de este tipo.
- De las adquisiciones que se pueden hacer con precios oportunidad muchas veces de las promociones o en las inmobiliarias de las entidades financieras fruto del pasado y que están en el mercado del alquiler tratando de defender su precio y el precio del sector.
- Las que pudiera comprar el Banco Público de vivienda, para quienes a continuación las quieren contratar dentro del precio pactado entre una parte y otra más los impuestos correspondientes de trasmisiones y plusvalías.
Este Banco Público abre la posibilidad de adquirir las viviendas de quienes la tienen comprada con anterioridad, pero que vean mejoradas con este sistemas sus condiciones de compra, psra que la puedan aportar para volverla a contratar y ponerla de nuevo en provecho con arreglo a los nuevos cánones.
Todas estas viviendas son las que tendría en su catálogo de venta.
Viviendas que al mismo tiempo con contratos de opción de compra con un límite de treinta de años, mensualmente vaya pagando el comprador junto con otros gastos propios de la vivienda adquirida.
El Banco Público de viviendas, conforme vayan venciendo los contratos de opción de compra,  muy poco a poco o incluso al ritmo al que interesa a la persona que compra, o las circunstancias que hayan afectado a un periodo tan largo, irá vendiendo las viviendas concretas a cada uno de sus clientes que así, definitivamente, serán sus propietarios.
Será entonces cuando la venta se concretará en firme.
Nunca entraría el Banco Público de vivienda en la promoción de viviendas para ponerlas en venta en el círculo de su objeto social. Entre unas y otras son muchas las viviendas desocupadas que hay que poner en un mercado que no prevé más que un escaso crecimiento.
Más todavía, cuando socialmente se empiece a cuestionar la posibilidad de recibir rentas  de los que menos tienen por una inversión en un bien y por el derecho a disfrutar de una vivienda que supone un derecho fundamental de las personas.
*
¿Cómo paga y financia las viviendas el Banco Público…?
Los pasivos de este Banco Público: municipal, provincial, regional, nacional o universal… imagínese como se quiera, serán:
- Las aportaciones del Estado a un proyecto que garantice el derecho universal a una vivienda digna.
- Una línea de créditos especiales destinados a este tipo de Bancos para la compra de viviendas y sostenimiento financiero de las personas que se han de considerar siempre a interés 0% o en todo caso inferior a la inflación existente en el sector.
- Las aportaciones iniciales de los compradores de viviendas que incluso puede significar la parte pagada del piso de su propiedad hipotecado y que ha revertido al Banco Público de vivienda.
El crédito de los rentistas, que ven en esta posibilidad una manera de desinvertir y que quieran vender la vivienda al banco dentro del mismo esquema que se va a contratar con quien será la nueva propiedad.
- Las aportaciones mensuales de los compradores de vivienda que a medio plazo sería al menos el 30% de la financiación total en el balance financiero de la entidad.
En su caso de estas aportaciones habrían que restarse los meses impagado por cualquier causa por parte de quien compra de la vivienda.
Ya nada se podrá considerar impagado.
- Las provisiones realizadas para el mantenimiento de las viviendas para asegurar su vida útil de todas ellas con el paso de los años.
- Los ahorros de eficiencia en la gestión resultantes entre lo cobrado a los compradores mensualmente y los costes reales de esta gestión.
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Aportación a la futura compra de la vivienda.
Puede ser un tres por mil mensual de valor de la vivienda.
Significaría pagar la vivienda en un plazo máximo de treinta años, en ese tiempo la vivienda sigue siendo propiedad del banco.
Esta cantidad se va acumulando en una cuenta que es propiedad de las personas que comprarán la vivienda: aumenta o disminuye de manera correspondientemente al bien. en la misma relación en la que sube o baja el interés o la inflación del sector.
Estos valores construirán líneas paralelas que no afectará a los valores absolutos de la vivienda y de la cuenta en la que se acumulan los pagos y no serán en ningún caso contradictorios.
Esta cantidad pasa de vivienda en vivienda al paso en el que quien quiere comprar cambia de vivienda dentro de las que puede disponer o adquirir el Banco Público de vivienda.
La cantidad de esta cuenta se puede rescatar a cambio de todos los derechos de propiedad de la última vivienda adquirida y se puede repartir, donar, heredar dividir.
La persona no compra la vivienda para siempre y la puede vender a un tercero dentro de la misma estructura del Banco Público de vivienda. Cambiar o abandonar cuando quiera, movido por las circunstancias, la necesidad o el deseo de cambiar.
Las cantidades pagadas quedan en  una cuenta a su favor que podrá trasladar a la compra de otra vivienda o recuperar en su total nominal si lo cree necesario. Incluso se puede crear la posibilidad de ser devuelto mensualmente en un tiempo definido.
Las aportaciones de los usufructuarios con derecho a compra se han de entender como una cuenta personal de libre disposición para todas las opciones de compra que se pudieran suceder.
Esta aportaciones a lo compra definitiva de la vivienda también han de servir como remanente disponible en caso de impagos mensuales.
Gastos correspondientes la propiedad,
Pueden se alrededor de un uno por mil mensual del valor de la vivienda lo que se ha de aportar para los gastos de copropietarios que conlleve la vivienda, las tasas y contribuciones, seguros y todos aquellos que son comunes a la propiedad de la vivienda.
Mantenimiento de la vivienda a largo plazo.
Podemos calcular en un uno por mil mensual del precio de la vivienda, la cantidad a pagar para aprovisionar por parte del Banco Público de vivienda a largo plazo el mantenimiento de la calidad de la vivienda y mantener su nivel de prestaciones.
Una parte de este pago será destinada a compensar los desequilibrios entre los intereses directos que se cobran a quien compra y los intereses reales de la actividad de financiamiento por parte del Banco Público de vivienda. Esta parte se puede calcular en torno al 0.80% anual de total de la deuda financiera externa existente.
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El banco habrá de subsistir comprando viviendas en el mercado, bien sean las que ya están muy identificadas o existen en los inventarios de las entidades financiera productos de los impagados resueltos por la crisis mediante desahucio o incluso comprado la vivienda que el cliente quiere comprar en cada momento a los precios que se acaben pactando.
Cada vivienda tendrá un valor de 1.000
Cada vivienda tendrá unos ingresos mensuales de 3
Se recupera el valor de la vivienda en veintisiete treinta años.
Calcularemos siempre los intereses al 0% o con el  mismo índice que se estime la inflación del precio de la vivienda.
El Banco ingresará así mismo las cantidades estimadas mensualmente por los conceptos de los gastos correspondientes a a propiedad de la vivienda y para el mantenimiento de las viviendas a largo plazo que habrá de administrar eficientemente y procurar que produzca un remanente para fortalecer su estructura de balance.
Las diferencias financieras resultantes, a pesar de que mensualmente recibe una cantidad de cada contrato, por ejemplo en el caso de que no se crearan líneas de crédito para este menester al cien por cien de las necesidades, sería la aportación del Estado a garantizar el derecho a vivienda digna.
*
Un banco que llegara en unos años a un balance consolidado de:

Activos


Pasivos

Viviendas
1000

Aportaciones públicas
300



Créditos
300



Aportaciones compradores
300



Provisiones
10

Y una cuenta de resultados mensual con arreglo a los siguientes ratios sobre 1000, siendo éste el valor de compra de la vivienda,

Gastos.


Ingresos

Financieros
1

Venta
3
Gastos viviendas
1

Uso de la vivienda.
1
Gastos actividad
1

Ingresos habitabilidad
1
Provisiones
1

Mantenimiento vivienda
1
Disminución activos
3

Subvenciones oficiales
1
Total
7

Total
7

Esquema sencillo de pagos y cobros de las partes contratantes.

Pagos comprador


Ingresos Banco

Pago compra
3

Cobro vivienda
3
Pago por uso
2

Gastos viviendas.
1



Diferencias inmobiliarias
0.50



Diferencias financieras
0.50
Total
5

Total.
5

Los números y los conceptos que se muestran en estos esquemas sencillos se pueden cambiar razonablemente como se estime conveniente y amoldarlos a las realidades, necesidades y posibilidades que quizás no se haya estimado adecuadamente en este proyecto.
Estos cambios en realidad no modificarán el fondo de la idea ni la estrategia de la filosofía social que plantea a largo plazo y que puede cumplir con las expectativas de quien quiere tener su casa y sentirla suya.
Esta es una forma de entender la relación entre propiedad, posesión y usufructo de la vivienda que modifica sustancialmente la manera de entender el futuro de la cremallera económica de una parte de la sociedad que se ha conformado en la que los rentistas tiene vivienda, y quien la arrienda, la paga a fondo perdido, para no logar tenerla nunca.
*
Calculamos un Balance de situación del Banco Público de vivienda,
- A veinte años, medida de la próxima generación a la que se ha de allanar la posibilidad de disfrutar plenamente a la vivienda y con
- Un total de 25.000 viviendas en sus activos para satisfacer la necesidad la parte de población de Navarra que se puede estimar en esa cantidad que puede ser afectadas,
- Y sin entrar en la variaciones que pudiera producir la inflación que en este caso sin duda favorecería su futuro.
Todavía todas las viviendas serían propiedad del Banco Público.
El Balance ya tendría un equilibrio razonable.
A futuro la situación todavía mejoraría sustancialmente cada año.

Activos


Pasivos

Viviendas
2.500.000.000.-

Aportaciones públicas
750.000.000.-



Créditos
750.000.000.-



Aportación compradores
750.000.000.-



Provisiones
250.000.000.-

Para garantizar otros derechos sociales del mismo nivel que el derecho a la vivienda, y atenderlos en función de las necesidades de la personas sean crónicas o avenidas, se dedican muchos más recursos que los que aparecen en este cuadro para garantizar el derecho de las personas a tener una vivienda digna y una armonía financiera.


Otras maneras de: comprar, arrendar, recibir heredar, vender… hipoteca, donar y todas las demás formas utilizadas hasta la fecha no han de modificar su sentido ni aplicación. Con esta propuesta no se proponen acciones que no estén contempladas en el vigente Código Civil.
Esta propuesta solamente es una manera de acercarse a la demostración de que en otras condiciones que las actuales que ya se han tornado en inviables, las personas puedan adquirir una vivienda en propiedad, poder ser dueña de una parte de una vivienda que a lo largo de su vida le puede ayudar ante las dificultades y que en cada momento puede disponer de ese trozo de vivienda que ha pagado.


lunes, 22 de agosto de 2016

Un banco público

Mi currículum vitae.
Cuando todavía no se había muerto el dictador, necesité un crédito de 25.000.- ptas., para un pequeño negocio familiar El director de la sucursal de la Caja de Ahorros de Navarra de mi pueblo me lo negó.
En aquellos días inicié un desvarío que todavía no ha acabado.
También por entonces, un señor de mi mismo pueblo, que era amigo del director general Caja de Ahorros de Navarra un tal Uranga Santesteban, al parecer no pudo pagar un crédito de cien millones de pesetas que le habían concedido con una solvencia más que dudosa.
Yo tenía cierta relación con este hombre que era de la edad de mi padre y hablábamos con cierta frecuencia. Javier, que se llamaba Javier, me atusaba el pelo por la parte de la nuca en un gesto afable que venía a decir: bendita inocencia.
¡Qué escándalo en el pueblo…!
Lo juzgaron y lo condenaron con cárcel y a pagar,
No pagó ni le pudieron quitar nada porque se lo había quedado todo un cuñado con una sociedad que todavía hoy sigue viva.
Murió el dictador le aplicaron la amnistía y salió de la cárcel.
Comencé con una lección que hasta el otro día no he aprendido.
Desde entonces mi relación con toda clase de entidades bancarias ha sido permanente y me muestro profundamente arrepentido.

Mi experiencia.
Puedo asegurar que por distintas cuestiones y circunstancias he solicitado en el sistema financiero más de mil operaciones de: prestamos, créditos, cuentas de crédito, líneas de descuento de todo tipo a algunas me obligaban, anticipo de facturas…
En cada periodo diferente de estos más de cuarenta años, he visto a los departamentos de riegos, en los que al parecer estaban los más listos de cada banco, dispensando criterios distintos de análisis a la hora de conceder un crédito:
Unas veces era la viabilidad del proyecto
A veces la solvencia y otras zarandajas que se corregían con firmas.
Y siempre lo que ellos llamaban: la confianza, que a veces venía determinada por la fuerza de las asesorías de informes comerciales.
Siempre he creído oír a última hora de la tarde, el rin ring de un teléfono, para decir que sí o para decir que no, a lo que alguien había solicitado.
La gran mayoría de las veces para decir que NO.
Y NO, no porque no fueran viables o solventes los proyectos que pretendían me financiaran y que les había puesto encima de su mesa de saber económico y financiero, que en realidad por muchos números que se hicieran, no lo podíamos saber ni ellos ni yo, sino que los negaban por la causa que fuera, porque no querían facilitarte la entrada a esa rueda de financiación en la que después, ningún dinero se devuelve.
En este punto, que nadie me pregunte cuál es la razón de las negaciones que refiero, porque se la daré y quedará por ignorante.
Para justificarlo ellos consigo mismos, desde diferentes ópticas, han preparado cada vez los documentos pertinentes para justificarse con los superiores:
- He visto informe que decía que había que dar el crédito porque los peticionarios iban los domingos a misa.
- Informes comerciales secretos de los solicitantes en los que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia.
- He visto la demostración de la inviabilidad de un proyecto que nada tenía que ver con el proyecto que se pensaba hacer realidad los aspirantes a ser financiados, pero que los del departamento de riegos los veían de otra manera más coherente.
- Nunca he visto los argumentos del NO
Mientras tanto he conocido a los siete grandes bancos del principio de los tiempos, que se reunían con cierta asiduidad y daban su opinión sobre la situación en la que vivíamos y repartían su punto de vista, las órdenes, de lo que había que hacer.
He trabajo con la Banca Pública comercial: Banco Industrial, Banco Exterior, Banco Hipotecario todos ellos absolutamente inoperantes para dar salida a los problemas reales de su especialización.
Y he conocido a los de aquí, a los enraizados en esta tierra hasta hacerme sangre: Caja de Ahorros de Navarra y su homologa de Pamplona, Caja Rural de Navarra y Caja Laboral Popular…
Y el Crédito Navarro y el Banco de Navarra.
Y a Botín mi musa bancaria.
Para colmar mi satisfacción los he visto ir cayendo y desapareciendo a casi todos ellos con unas defunciones sin funeral porque directamente todos iban al infierno.
Con mayor estrépito que a ninguno Caja Navarra, orgullo de los navarros, que me reconfortó con  mi historial bancario: ¡Antes quebrará Caja Navarra… que se vaya a la ruina la empresa para la que te pido el crédito…!


La Caja Navarra cuya mayor obra social, su mayor aportación a la economía han sido: las prejubilaciones de sus empleados, aquellos que nos miraban a todos los mortales por encima del hombro, y el reparto de créditos a los amigos del poder instaurado en esta tierra.

Necesidades sociales para la creación de un Banco público.
Hoy la verdadera necesidad financiera que incide en la vida cotidiana de la población y que está siendo atendida por la banca comercial con cierto desdén para darse más importancia.
Mantenimiento de una cuenta viva de cada uno de los clientes.
Cuentas en la que hay unos saldos muy limitados y que sirve de base para los ingresos y pagos de sus cuenta-libretistas en todos sus aspectos: nóminas, transferencias, recibos, tarjetas, anticipos etc..
Son el medio de operar y las carreteras de comunicación financiera absolutamente necesarias para el común de la población y que hoy están en manos de quienes si tienen muchos clientes y a todos les puede sacar un poco, consiguen millones nada más que pulsando una tecla.
La atención de esta necesidad por parte de las entidades financieras, que antes era la base estratégica comercial, ha llegado a un punto que ahora no puede soportar los costes que tienen, ni las exigencias de las estructuras que soportan y lo que antes era una atención debida,  empieza a ser una fuente de ingresos oportunidad que progresivamente la van haciendo fluir cobrando unos precios escandalosos en los que se produce un importante abuso de poder y posición.
En medio de esta crisis en la que están inmersas todas las entidades bancarias, este mantenimiento de las cuentas empieza a ser la base de la subsistencia de las sucursales abiertas al público tal y como están establecidas. Han instaurado progresivamente cuotas y comisiones, la mayoría de las veces arbitrarias, buscando el punto más alto que el cliente está dispuesto a soportar.
En los casos en los que el cliente por las circunstancias que sean, tiene la cuenta con la canaleta al aire, entonces se produce un ensañamiento difícil de justificar.
-          Mantenimiento de cuenta: trimestral, semestral, anual.
-          Cobro por recibos pagos o por movimientos de la cuenta.
-          Pagos en efectivo a terceros.
-          Extracción de dinero de la propia cuenta.
-  Mantenimiento de tarjeta de crédito o débito, más allá de lo que ya ha restado de comisión a quien ha cobrado a través de ella.
-  Cobros por transferencias que incluso se ha hecho el propio cliente.
-  Comisiones por cobro de talones u otros documentos de cobro.
- Comisiones por fechas de valor, números comerciales que llegan a suponer hasta el 6% del valor más alto de estas cantidades
-  Intereses por esas fechas de valor, sobrepasan el 100% anual.
 - Cuando hay alguna devolución o un pago fuera de plazo ahora ya se empieza hablar de 30.-€ que se sacan dentro de la manga.
Y sucede que:
Una vez que ha llegado a la sucursal desde la red de información interna la cuenta de resultados mensual en la que queda constancia de que los ingresos que se le imputan a la actividad de la oficina son menores que los gastos que ha de soportar la propia oficina con esos ingresos, el trabajo habitual de un director de la sucursal bancaria las tardes siguientes al suceso es: ordenador en ristre y con la luz apagada, entrar en la ficha de cada uno de sus clientes, allí donde están los conceptos que le aplican a la cuenta y con alevosía mover para arriba los cargos que entiende que el cliente tragará.
Luego al resto de los empleados de la entidad se les instruye para que ante esa contingencia digan: si nosotros no hacemos, si lo hacen los ordenadores de la central y por buena composición apostillar: ya veremos lo que podemos hacer para que reintegren un algo de lo que han cobrado.
Esta necesidad empieza a ser social impedir que establezca en el mercado el precio de una atención y un servicio mínimo a los ciudadanos en esa faceta que sin que sean grandes cantidades de dinero sin embargo la utilizan  inexorablemente casi cada día.


No se puede dejar que las calles carreteras y carreteras por las que fluye nuestro dinero, aquellas que usamos todos los días y por las que no se ha de pagar por su uso queden en mano exclusivamente de quienes saben actuar en su provecho con pequeñas cantidades a mucha gente.

Banca Pública para financiación de proyectos… ¿para qué…?
Debemos diseñar nuestro futuro económico y social en el trabajo y en la gestión del trabajo. No podemos volver a caer en el error de soportarlo en las estructuras financieras hasta hacerlas imprescindibles puesto que sus intereses serán quienes finalmente impriman su filosofía.
Quizás solamente por esta razón no podemos pensar en un Banco público porque finalmente servirán únicamente para:
-         Sacar adelante los proyectos del poder sea cual sea,
-         Salvaguardar los intereses del poder y hacerlo todopoderoso.
-´  Financiar a los amigos del poder con créditos cuestionables.
-         Y si acaso aliviar una añoranza sin sentido.
Porque sin duda es necesario cambiar la concepción de crédito a la que nos hemos acostumbrado en las últimas décadas en la que parecía que el dinero provenía de un manantial inagotables, incluso la concepción de los proyectos en un futuro en el que por otra parte hemos de tener un decrecimiento controlado.
El crédito ha sido una fórmula que se ha expandido e implantado en todos los niveles de inversión, para financiar proyectos, que en su gran mayoría hoy ya no tienen ni pies ni cabeza.
Es necesario diferenciar las diferentes necesidades de crédito.
- Crédito al ciudadano cuya mayor exponente sería la compra de la vivienda y que en vista de mantenimiento del precio del bien y el ajuste de los intereses ya ha quedado demostrado que la compra de vivienda, para una parte importante de la población, ya no puede ser una compra en firme porque no es posible que nadie pueda disfrutar de treinta años de estabilidad económica para afrontar su pago.
- Crédito para la actividad empresarial en las que prima el crédito a corto plazo absolutamente ineficiente y que para las inversiones casi toda la financiación se ha convertido en reenting y leesing a otros modelos en los que los intereses tienen una importancia marginal.
- Crédito para las instituciones públicas.
No creo que Banco público haya de estar sujeto a financiar las inmensas necesidades de los diferentes escalones de los estados que se tragarían sin pestañear todos los recursos de cualquier entidad financiera y que en todo caso ahí tendría que estar el Banco Central Europeo.
Y sabiendo que un banco público quimérico con los fondos fijos que mantengan un mínimo de solvencia íntegramente público soportado por todos o aunque fuera con participación de fondos privados, un banco publico que si un día generara beneficio, o no generara, será vendido de nuevo por los políticos de turno correspondiente.

Cuestiones que conviene tener en cuenta.
- El sistema económico financiero está montado de tal manera que:  ni quienes están en la cúspide de la pirámide y manejan dineros a espuertas, pueden devolver de golpe el dinero que deben y por lo tanto nadie está en condiciones de devolver el dinero a los demás sino muy poco a poco y con el dinero de los consiguientes créditos.
Así que nos encontramos en un sistema, en una economía, en un país en el que, aunque parezca increíble, no se ha pagado jamás un crédito, salvo los que se han saldado con la revalorización circunstancial de los bienes adquiridos.
Siempre se han pagado los créditos con los siguientes.
Las grandes crisis siempre han llegado cuando se ha requerido a pagar los créditos y ya no había más crédito para pagarlos

- El capital se remunera con el interés y esa condición está asumida ya sin contemplaciones por el sistema. Quien tienen dinero y ha querido tener otra clase de remuneración el capital lo ha tenido que convertir en tierra para remunerarlo con las rentas y este es el camino que se ha de consolidar con toda normalidad como contrapunto al crédito.
Que en la actualidad estén los intereses a cero no es una casualidad, no es un hecho inocente que se deba a la bondad intrínseca del sistema, sino que están sirviendo para sacar al sistema financiero de su colapso.
El hecho de que  los intereses estén a un precio u otro es una estrategia del sistema y sobretodo es una decisión política que es necesario argumentar y asentar a futuro. Es la mejor manera de tener controlado un factor de la economía parásito.
Y a medio plazo: que los intereses estén al mismo nivel que la inflación es una realidad que se va a mantener durante un buen periodo de tiempo y que quizás se haga crónica.
- Hay que extrapolar razonablemente al futuro la facilidad que tienen los Estado para fabricar dinero de la misma manera que produce otras tantas cosas innecesarias

Tratar de entender que el dinero puede ser un instrumento de cobro y pagos sin tener ningún valor es un camino largo que hay que emprender.